miércoles, 29 de abril de 2015

VIDEO DE AUDITORIA OPERACIONAL


AUDITORIA OPERACIONAL

RELACION CON OTRAS AUDITORIAS



2.1.9 RELACIÓN CON LA AUDITORIA INTERNA
La auditoría operativa no es diferente de la interna; es una mera aplicación de las técnicas modernas de auditoría interna a todas las actividades de una empresa, y se caracteriza (en ambas áreas, financiera y operativa) por el enfoque y la orientación auditora.
La auditoría operativa lógicamente evoluciona hacia el auditor por la delegación inicial de la responsabilidad de la protección de los intereses de la empresa.  Esto se aproxima a la aplicación de técnicas de análisis y evaluación de actividades no financieras por parte de los auditores internos.  Dado que éstos empiezan a poder evaluar los controles de cualquier segmento de una entidad, se van profesionalizando en le elaboración de información no financiera, basándose en formas y métodos a los que están acostumbrados, examinando los resultados desde el punto de vista de la dirección.  Este conocimiento puede volverse a utilizar luego en las áreas financieras tradicionales, pudiendo así la dirección general estudiar directamente los controles financieros, sin necesidad de hacerlo a través de los auditores.
La auditoría operacional es, por lo tanto, una forma a través de la cual los auditores internos enfocan sus trabajos, analizan los asuntos de su competencia y consideran los resultados.  Para ello deben adoptar las técnicas y enfoques desde la perspectiva de un director.

2.2.0 CONTRASTE CON LA AUDITORIA FINANCIERA
El modelo clásico de auditoría financiera se interesa principalmente en la verificación de los estados financieros.  Trata de la veracidad de ciertas cuentas, pues está restringida a los controles contables.  Se practica mayormente en las áreas financieras de la empresa.  Se interesa esencialmente en el historial de la información financiera.
En cambio, la operativa se interesa en los controles operativos (administrativos).  Puede aplicarse a todas las partes de la empresa.  Es igual para las áreas financieras que para las que no lo son.  Interpreta tanto los usos operativos como la información financiera.  Analiza el historial de la información como medio para encontrar caminos que conduzcan a mejorar las operaciones futuras del negocio.
2.2.1 EL AUDITOR DE OPERACIONES
Las cualidades, atributos, responsabilidades y estatus del auditor interno de operaciones son algo similar a las del auditor financiero tradicional, pero más orientados hacia la perspectiva de dirección.  Esencialmente, son los siguientes:
2.2.1.1 Cualificaciones
En la auditoría de operaciones puede ser deseable un historial contable, pero no indispensable.  Muchas organizaciones de auditoría incluyen en sus nóminas a personal cuya experiencia anterior está basada en especializaciones en el campo de la industria, ingeniería y análisis de sistemas.  La habilidad del auditor para acumular, poner en orden y analizar información de naturaleza operativa es tan importante en las auditorías operativas como en las financieras.
Más importante es el conocimiento expreso del auditor sobre la evaluación del control.  A través del conocimiento y de la familiaridad con el control interno, el auditor puede sentirse como en su casa en cualquier área operativa de la empresa.  Esta familiaridad dependerá del buen conocimiento que tenga de ella, de la relación entre las distintas actividades dentro de la empresa, del flujo del trabajo y del personal que lo realiza.
Probablemente la más importante cualificación de un auditor es la habilidad para pensar como un director.  Después de reunir y analizar la información, debe sopesar los resultados como si fuese un director y sugerir las mejoras.  Sólo pensando así, podrá ayudar verdaderamente a la dirección.
2.2.1.2 Atributos
El auditor de operaciones debe tener curiosidad y persistencia.  Debe ser adaptable y debe tener un enfoque constructivo y mucho sentido del negocio.  Finalmente debe ser cooperados.  Estos atributos se comentan a continuación.
Curiosidad.- El auditor de operaciones debe estar interesado y tener curiosidad por todas las operaciones.  Cuando revisa una operación debe preguntarse: “¿Qué esta haciendo?”; “¿es necesario hacer esto?”; “¿cómo encaja con el resto del negocio?”; “¿se estará duplicando el trabajo?”; “¿existe algún medio mejor de hacerlo, más fácil o más barato?”.
Persistencia.- No se debe seguir adelante hasta que se está seguro de que se entiende la situación.  Se aplican pruebas, verificaciones, o se comprueba de cualquier otra forma que las cosas realmente se realizan como se ordenó o como deben hacerse.
Adaptabilidad.- Debido a que su trabajo lo lleva a conocer todas las áreas de la empresa, debe sentirse cómodo en los distintos entornos.  Por ejemplo, debe ser capaz de adaptarse rápida y fácilmente a las formas y lenguaje del departamento de producción, del de ingeniería y del de publicidad y mejorar su habilidad de trato con todo el personal en su terreno.
Constructivo.- No hay que considerar los errores o deficiencias como el final de su estudio.  Debe comprobar que se evitan las repeticiones en lugar de enfatizar los errores.  Considerar la deficiencia como una guía de mejora para el futuro.
Sentido del negocio.- Debe observarlo todo desde la perspectiva del efecto sobre la eficacia y el beneficio de la operación del negocio.  Cuando evalúa un área en particular, debe tener en mente la interface de la operación con otras y su relación con el conjunto del negocio.
Cooperación.- Debe considerarse a sí mismo como un asesor del negocio, no como un rival o crítico de aquellos con los que trata.  Trabaja con ellos, los consulta, y revisa sus recomendaciones.  Su interés es mejorar la operatividad del negocio en lugar de recibir felicitaciones por descubrir errores.
2.2.1.3 Responsabilidad general
El auditor de operaciones tiene la responsabilidad de ayudar tanto a la dirección operativa como a la general.  A los directores operativos debe ofrecerles recomendaciones constructivas que apunten hacia la mejora de las operaciones.  A los generales debe proporcionarles una descripción de lo que ve y darles una opinión sobre los asuntos que ha revisado.
Al realizar su función, los auditores tienen la responsabilidad de observar las normas profesionales de auditoría en sus revisiones y evaluaciones.  Estas normas conciernen a la adecuación y claridad de ejecución de su trabajo y a la adecuación del informe.
2.2.1.4 Responsabilidad por políticas y procedimientos
Los auditores tienen ciertas responsabilidades básicas hacia la dirección con respecto a las políticas, procedimientos y otras medidas de control de dirección que se establezcan.  Al revisar estas políticas y procedimientos deberá considerarse los siguientes temas:
Coherencia.- El enlace de procedimientos, empezando con las declaraciones de política general y terminando con las políticas departamentales de detalle, deben ser coherentes consigo mismas.  El auditor es responsable de comprobar que todos los procedimientos estén bien coordinados.
Adecuación.- Los procedimientos deben constituirse de tal manera que puedan proporcionar una medida del cumplimiento de los objetivos de la dirección.  El auditor es responsable de determinar que los procedimientos sean adecuados para su propósito.
Cumplimiento.- El trabajo realmente efectuado debe estar de acuerdo con los procedimientos establecidos.  El auditor es responsable de medir este cumplimiento.
Efectividad.- Deben obtenerse los resultados deseados.  El auditor es responsable de diseñar las pruebas que indicarán si los procedimientos son verdaderamente efectivos.
2.2.1.5 Estatus en la organización
Es esencial que el auditor de operaciones tenga la posibilidad de tratar de igual a igual al director de operaciones (no como un subordinado que trata de persuadirlo de que es capaz de ayudarle).  Como regla general, la función de auditoría se asigna organizativamente a la división financiera bajo la directa supervisión de un alto ejecutivo (como el vicepresidente, el contralor o el tesorero).  Esta posición en la empresa es satisfactoria, teniendo en cuenta que el ejecutivo al que la auditoría informa tiene entrada en todos los departamentos operativos y no es el supervisor inmediato de las operaciones contables.
Un estatus inadecuado crea grandes problemas para lograr una acción correctiva de  las deficiencias descritas en el informe de auditoría.  Si se ignoran los hallazgos del auditor, éste no puede funcionar eficazmente.
2.2.2 LA METODOLOGIA DE AUDITORIA OPERACIONAL Y EL PROCESO DE AUDITORIA
El método general para realizar una auditoría operacional es similar al utilizado en auditoría financiera. Esta dado por unas normas, unas técnicas, y unos procedimientos que se desarrollan mediante programas de trabajo. A continuación nos referimos a la metodología, que en sentido general, se aplica en auditoría operacional.
2.2.2.1 TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE AUDITORIA OPERACIONAL
2.2.2.1.1 Técnicas de Auditoría Operacional
Son los recursos que el Auditor emplea en el examen y evaluación de las operaciones o actividades de una entidad, organismo o empresa, para llegar a conclusiones y recomendaciones, tales como: Analizar, comparar, comprobar, computar, conciliar, confirmar, indagar, inspeccionar, observar, muestrear, rastrear, fotografiar, grabar, filmar, método Gantt, Pert, C.P.M
En general son las mismas usadas en auditoría financiera: de observación, interrogación, análisis, verificación, investigación y evaluación; pero específicamente incluye algunas de uso exclusivo en auditoría operacional como las últimas seis citadas, entre las cuales se encuentran la técnica PERT y el CPM, utilizadas fundamentalmente junto con el conocido método GANTT, en control interno operacional, técnicas cuyo manejo se facilita en la actualidad con el uso de paquetes computacionales. Una breve explicación de estas dos técnicas se presenta a continuación:
PERT (Proyect Evaluation and Review Technique). Se utiliza en operaciones, actividades o proyectos complejos en que hay incertidumbre en cuanto a tiempos de terminación (actividades u operaciones en empresas o entidades dedicadas a la investigación). CPM (Crithical Path Method). Es aplicable a las operaciones en las cuales sea posible estimar los tiempos y costos y lo que interesa es saber cual es la combinación costo duración de cada actividad, para lograr el costo total mínimo de las operaciones (Construcción de Obras en General).
2.2.2.1.2 Procedimientos de Auditoría Operacional
Son el conjunto de técnicas aplicables a una Operación o Actividad determinada, para determinar si de hecho existe un problema o una situación que afecta la eficacia, economía o eficiencia (Hallazgo de Auditoría Operacional- HAO) y de ser así, el camino a seguir para establecer su causa y efecto, que conduzcan a identificar la solución pertinente.
2.2.2.1.3Plan Para La Auditoria Operativa
Enfoque
Existen dos enfoques básicos de auditoría operativa: 1) organización, y 2) funcional.
Con el enfoque de organización, los auditores se ocupan de la administración de un departamento u otra unidad de mando.  Examinan, además de las funciones o actividades dentro de una organización, la administración de la misma.  Consideran su sistema, su personal, sus métodos de información, sus métodos de evaluación del personal, sus presupuestos y el lugar que ocupa en el plan general de la empresa, y estudiar su forma desde numerosos ángulos.
Los auditores tenderán a gravitar hacia los problemas de administración de éste.  Aun cuando no deben olvidar la forma en que el producto de la organización se utiliza en otras unidades de la empresa, su interés principal se encamina hacia la administración de una unidad única de ésta. 
En contraste, en el enfoque funcional los auditores se ocupan del seguimiento de una o varias actividades desde su principio hasta su conclusión.  Referencian todas las funciones a través de las unidades implicadas en ellas, y están menos pendientes de las actividades de administración general dentro de las unidades que de su efecto en las funciones que revisan.  Donde la función sea suficientemente significativa, podrá ser de gran ayuda para la dirección general una visión amplia, ya que ésta pocas veces puede hacer un seguimiento de ella a través de la masa organizativa, mientras que el auditor normalmente sí puede.
Este enfoque tiene mucho más que ofrecer.  Una auditoría de organización puede ser de gran ayuda para la dirección del departamento, si el auditor tiene firmemente dominados los controles de dirección y administración.  En los departamentos eficaces, obviamente puede ser escaso el grado de asistencia necesario.
Las auditorías funcionales son con frecuencia muy difíciles.  Mientras que la de organización ofrece un microcosmos a examinar, la financiera suele realizar un experimento largo e indirecto.  En una gran empresa, el impacto de las funciones sobre muchas unidades y el de éstas sobre la función puede frustrar tremendamente a quien trate de entender los muchos aspectos del flujo del trabajo.  Y esto impide la evaluación de la operación de la función.  Por este motivo, el auditor competente que logra familiarizarse con una función en toda su complejidad y evaluar su efectividad realiza un servicio señalado a la dirección, debido a que seguramente casi nadie de la empresa puede alguna vez contemplar el problema con el mismo detalle y amplitud.
Método
La auditoria de cualquier operación, ya sea de organización o funcional, implica cuatro características distintas:
1.      Familiarización.
2.      Verificación.
3.      Evaluación y recomendación.
4.      Informar de los resultados a la dirección.
Familiarización. Para empezar, los auditores deben conocer cuáles son los objetivos de la actividad, cómo van a lograrse y cómo se determinarán los resultados.
Esto se logra por muchos caminos.  Los auditores comentarán la actividad con el personal que la conoce.  Se ocuparán de saber cómo determina la dirección si se está funcionando correctamente; cómo se informa de los resultados; cómo evalúa a sus empleados y qué efecto tiene esta actividad en las restantes.  Efectuarán pruebas de auditoría en el departamento o seguirán la función hasta que tengan una idea suficientemente clara de qué se ha realizado, cómo y por qué se ha hecho, para cumplir con los objetivos de la empresa.  Los auditores no pueden completar su encargo de evaluar los controles a menos que conozcan lo que está siendo controlado.
Cuando se tiene una comprensión adecuada de los objetivos específicos, el auditor tratará de familiarizarse con los controles que la dirección ha establecido, con el fin de comprobar que dichos objetivos se ha alcanzado.
Inicialmente, los auditores examinan la estructura organizativa, la ubicación de las unidades de la empresa, su relación con las demás y la asignación de funciones y responsabilidades.  Posteriormente, plasman las actividades significativas en diagramas de flujo o hacen un seguimiento de los documentos seleccionados a través de los puntos clave de control.  Después revisan las políticas y procedimientos que regulan la unidad o función examinada.  Los procedimientos escritos, bien entendidos por los empleados y razonablemente calculados para realizar los planes de la empresa y alcanzar sus objetivos, indican una actividad bien controlada.  Donde los procedimientos no están escritos, los auditores deben determinar, basándose en entrevistas con la dirección, qué es lo que se espera de su personal y cómo se realizan las actividades asignadas.
Posteriormente, revisan los registros generados o afectados por la actividad de la que se ocupan, ya que deben conocer la función específica de los mismos, por qué son necesarios y si están duplicados.
Finalmente preguntará qué hace la dirección para evaluar el trabajo efectuado (qué clase de informes recibe de su personal y cuáles somete a los niveles más altos de la gerencia).
El proceso de familiarización se realiza durante la totalidad de la auditoría.  Es necesario al iniciarla una familiarización suficiente para preparar el programa. 
Verificación.-  Mediante la realización de pruebas sobre las transacciones, igual que en las auditorías financieras, los auditores pueden determinar el grado real de acuerdo entre los controles, las actividades y las descripciones escritas u orales que la dirección les ha transmitido.
La verificación requiere que los auditores examinen en detalle una muestra selecta de transacciones, seleccionada preferiblemente mediante muestreo estadístico.  El tamaño de ésta dependerá de su propio criterio basado en el grado de confianza que sea necesario para que represente razonablemente la población desde la cual se seleccionó.
Al realizar la verificación, los auditores usualmente están interesados en tres temas:  calidad, período correcto y costo.  Cuando han establecido el grado en el que las transacciones son correctas y se manejan rápida y económicamente, determinan si se puso en práctica o no lo siguiente:
1.      La estructura organizativa y la asignación de funciones cumplen los planes de control de la dirección del departamento.
2.      Se llevan a la práctica los procedimientos establecidos por la dirección.
3.      Se realizan las verificaciones internas establecidas.
4.      Los procedimientos prescritos y otros controles son efectivos para la coordinación del trabajo con el realizado en los otros departamentos.
5.      Los registros operativos y los informes son completos, oportunos, fiables y significativos.
6.      Las normas de ejecución proporcional bases efectivas para la evaluación de los resultados operativos.
La evidencia obtenida debe registrarse en los papeles de auditoría.  La marca de calidad del auditor profesional es el desarrollo de unos papeles de trabajo bien estructurados, que no requieran explicaciones orales, que sean comprensibles y creíbles.
Evaluaciones y recomendaciones.- Para los auditores con experiencia, la evaluación comienza al inicio de su revisión y continúa durante la fase de familiarización.  Frecuentemente, una primera impresión de la actividad indica al auditor si ésta está bien controlada o si, por el contrario, algo va mal.  A través de la verificación esto puede confirmarse, o las pruebas pueden revelar condiciones no detectadas durante el estudio inicial.  La evaluación final, o la confirmación de la impresión inicial, no se tiene hasta los resultados de tales pruebas.
Las recomendaciones deben hacerse solamente cuando el auditor está totalmente seguro de que se comprende la actividad, que la evaluación contiene la verdadera medida de la misma y que las recomendaciones toma en cuenta todos los factores que afectan a la operación.
Como resultado de su examen y evaluación, el auditor debe estar en una posición en la que pueda responder a las siguientes preguntas:
1.      ¿Operan efectivamente los controles establecidos? Si no, ¿qué medidas constructivas pueden recomendarse?
2.      Si existen desviaciones numerosas de las políticas y procedimientos establecidos, ¿está la razón con las políticas y procedimientos o con los otros factores?
3.      ¿Están los controles y prácticas  del departamento de acuerdo con la política de la empresa?  Si no, ¿qué se recomienda?
4.      ¿Ayudan los controles establecidos a que la dirección alcance los objetivos operativos?
5.      ¿Utiliza la dirección operativa sus controles para obtener las máximas ventajas?
6.      ¿Sigue la estructura de las cuentas, registros e informes, el modelo de responsabilidad operativa y está de acuerdo con la forma en que la dirección analiza sus operaciones?
7.      ¿Existe la adecuada coordinación y cooperación con los otros departamentos?  ¿Existen lagunas o duplicaciones de controles?
Al hacer sus recomendaciones a la dirección los auditores deben ver los problemas desde la perspectiva de ésta.  Deben sopesar los beneficios de las salvaguardas logradas al incrementar el control, y compararlos con los costos en que incurrirá.  Deben sopesar la extensión del riesgo contra el volumen de pérdida potencial.
Naturalmente, existirán ocasiones en que los auditores se encontrarán en una situación fuera del alcance de su experiencia o entrenamiento (cuando no estén en posición para hacer sugerencias prácticas que corrijan la aparente deficiencia).  Entonces deben presentar sus hallazgos a la dirección, especificando que todos los hechos se han presentado adecuadamente y dejando que sea ella quien determine la acción correctora que debe tomarse.
Informe.- El informe no debe reservarse para la conclusión del examen.  Los auditores proporcionan un mejor servicio a la gerencia y mantienen mejores relaciones con la dirección departamental cuando comentan los hechos que han encontrado.
Los asuntos menos importantes usualmente pueden aclararse a medida que la auditoría va progresando, y no es necesario incluirlos en el informe formal.  Será suficiente hacer una referencia a los mismos en los papeles de trabajo, mencionando cómo se corrigieron.  Generalmente los asuntos de mayor importancia deben comentarse con los niveles más bajos de la dirección con capacidad para ejecutar acciones correctoras.  Cualquier informe formal que le muestre a la gerencia que todas las deficiencias se corrigieron antes de que se emitiese, encontrará una aceptación amistosa tanto por parte de la dirección general como de la operativa.
A pesar de que los auditores no están obligados a ofrecer soluciones para los problemas que encuentren (la responsabilidad de corregir los defectos corresponde a la dirección operativa), los hallazgos de la auditoría recibirán una atención mayor si se acompañan de sugerencias razonables y económicas.

2.2.2.1.4 Programa De Auditoria Operativa
El programa de auditoría operativa se preparará mejor después de un estudio preliminar.  El auditor experimentado generalmente rehúsa programas estándar debido a que las operaciones y la mayoría de los sistemas contables cambian a menudo de una auditoría a otra.
La auditoría operativa generalmente incluye la evaluación de lo adecuado y efectivo de los controles designados para realizar los objetivos de dirección en la organización o función que se está revisando.  Para permitir tal evaluación, el programa debe tener dos conceptos claves:  los objetivos y los controles.
El auditor normalmente prepara el programa después de que el estudio preliminar le ha proporcionado una razonable familiaridad con los objetivos de una actividad y con los controles necesarios para llevarlos a cabo.
El motivo del programa es establecer guías por las que los auditores puedan realizar los propósitos del encargo de auditoría y obtener la evidencia necesaria que proporcione las bases para emitir una opinión.
En algunas actividades los auditores están lo suficientemente familiarizados con la operación como para poder emitir una opinión sobre la efectividad de su realización.  Para otras, que sobrepasen su competencia técnica, solamente podrán emitir una opinión sobre lo adecuado y efectivo de los controles administrativos.  Por ejemplo, en el caso de una actividad administrativa como archivar formatos, el auditor estará cualificado para emitir una opinión sobre la efectividad de la actividad en sí misma.  Sin embargo, en la preparación de los dibujos de ingeniería para los que se prepararon los formatos, el auditor quizá quiera restringir su opinión sobre lo adecuado y efectivo de los controles sobre tal actividad.
En cualquier circunstancia, el programa de auditoría sirve mejor para sus propósitos si establece los objetivos principales de operación determinando los controles que están, o que deben estar, instalados, y enumera las pruebas sobre las transacciones que deben hacerse.
A continuación se describe un programa para una función de compras que muestra de forma general cómo están unidos conjuntamente los objetivos de operación, los controles clave relacionados con ellos y las pruebas sobre las transacciones.

GENESIS DE LA AUDITORIA OPERATIVA



2       AUDITORIA OPERACIONAL
2.1.1 GENESIS DE LA AUDITORIA OPERATIVA
2.1.1.1 FUENTE
La auditoría operativa nació por la necesidad que de ella tenía la dirección y por la habilidad del auditor interno para satisfacer dicha necesidad.  Las empresas crecieron.  El trabajo de los directivos ejecutivos fue trasladándose desde las actividades no financieras en las que provenían hacia sectores concretos de los registros contables, pues necesitan estar de acuerdo tanto con la adecuación y validez de los informes operativos como de los informes financieros.  La fuente más real y objetiva de seguridad o de advertencia era el auditor interno; un profesional entrenado y observador, que era independiente de las actividades que auditaba.
El término “operaciones” como designación de las actividades y funciones no financieras apareció en la Declaración de las Responsabilidades de los Auditores Internos, publicada por el IIA.  La declaración de 1947 decía que la auditoría interna “se ocupaba principalmente de asuntos contables y financieros, pero que también sería apropiado que tratara con asuntos de naturaleza operativa”
La Declaración de 1957 orientó este concepto hacia una auditoría más amplia exponiendo:  “La auditoría interna es una actividad de valoración independiente dentro de una organización, para la revisión de las actividades contables, financieras, así como otras operaciones”.
La versión de 1971 adoptó el concepto final cuando mencionó que el auditor interno simplemente es responsable de “la revisión de operaciones como un servicio a la dirección”

2.1.1.2 TERMINOLOGIA

En materia contable se presentan problemas de terminología, pues para calificar un mismo hecho se utilizan expresiones diferentes de un país a otro, de un continente a otro y con mayor significación de un idioma a otro. En el caso de la auditoría operacional ocurre un fenómeno parecido, pero fundamentalmente originado en el proceso de desarrollo y evolución de la auditoría, que ha ido utilizando, según el autor o según las operaciones objeto de la evaluación, diferentes denominaciones para calificar un mismo proceso de auditoría.
Así por ejemplo se ha escrito sobre el control de resultados, control de eficiencia, control de gestión, auditoría administrativa, auditoría gerencial, auditoría de eficiencia, auditoría del resultado de programas, auditoría operativa, auditoría del rendimiento, auditoría operativa y auditoría operacional.
De todas estas expresiones, que pueden considerarse sinónimas, se destaca la auditoría operativa por ser este último calificativo una palabra castiza. No obstante, la técnica profesional ha ido imponiendo otro nombre utilizando una nueva palabra en español: “operacional.” En nuestra opinión esta expresión si bien no es la más castiza, es la más adecuada por cuanto que califica también una nueva especialidad en el campo de la auditoría cuya acción recae directamente sobre las operaciones o actividades que realizan los entes públicos o privados.
Sin embargo, es necesario mencionar que varias de las expresiones que antecedieron al término auditoría operacional, se han continuado utilizando para calificar campos especializados de la auditoría operacional, como es el caso de la auditoría administrativa.
2.1.2 CONCEPTO DE AUDITORIA OPERACIONAL
La auditoría operacional puede definirse como el “examen y evaluación profesional de todas o una parte de las operaciones a actividades de una entidad cualquiera, para determinar su grado de eficacia, economía y eficiencia y formular recomendaciones gerenciales para mejorarlo”
                         

“El término auditoría operacional se refiere a un examen completo de una unidad de operación o de una organización completa para evaluar sus sistemas, controles y desempeño, en la forma medida por los objetivos de su gerencia”

2.1.3 ELEMENTOS DE LA AUDITORIA OPERATIVA

2.1.3.1 Diagnóstico de Auditoría Operacional
De la anterior definición se desprende que el desarrollo de una auditoría operacional implica diagnosticar sobre las operaciones o actividades que se examinan y evalúan, en que medida se alcanzan las metas propuestas (eficacia), con que nivel de costo (economía) y con que grado de eficiencia.
2.1.3.2 Pronóstico de Auditoría operacional
Una vez establecido el diagnóstico sobre la eficacia, economía y eficiencia, la auditoría operacional permite determinar las causas de los hallazgos que estén afectando dichos criterios y consecuencialmente, formular las recomendaciones a la gerencia pública o a la máxima autoridad ejecutiva de la entidad, respecto a las acciones que se deben tomar para mejorar en el futuro el logro de las metas, el costo invertido para lograrlas y finalmente la eficiencia con que se están realizando.
2.1.3.3 Grado de Dificultad

Durante el desarrollo de la Auditoria Operativa existen muchas dificultades al efectuar el mismo; por ser cada examen un caso único; cada actividad requiere una clase de explicación distinta, debido a que para cada una de ellas existen diferentes lectores con conocimientos y necesidades que difieren; y requiere del Auditor elevado criterio, capacidad y competencia. El Auditor Operativo debe ser por lo tanto un traductor experto del lenguaje técnico y de los conceptos complejos, que conllevan la obtención de resultados efectivos y útiles a la empresa.
Debido a que  el trabajo del Auditor lo lleva a conocer todas las áreas de una organización debe sentirse cómodo en los distintos entornos, encontrando dificultades en la adopción rápida y fácilmente a las formas y lenguaje de los diferentes departamentos de una organización.

2.1.3.4 Frecuencia
Una Auditoría Operativa no necesariamente se realiza en un tiempo determinado específico, sino más bien se da cuando la gerencia o directivos de una organización lo requieran o lo consideren necesario, pero puede darse el caso de realizarlo al final de cada ejercicio.
En el caso de existir carencia de políticas o la no comprensión de las mismas y el significado de sus directivas como elementos de control en las principales áreas de importancia, la insuficiencia de los controles administrativos, el grado de incumplimiento en las áreas funcionales y de los controles operativos, así como la carencia de controles administrativos u operativos en áreas significativas y de las recomendaciones de adoptar y modificar tales controles, dan lugar a la realización de una auditoría operativa.
2.1.3.5 Utilidad O Beneficio De La Auditoria Operacional
La auditoría operacional puede entenderse y practicarse de una manera específica pero interrelacionada, para cada uno de los tres criterios fundamentales ya explicados. Para el mayor rendimiento de una auditoría operacional la evaluación debe efectuarse de manera secuencial. Se debe iniciar por la comprobación y análisis de la eficacia o efectividad, para continuar con la economía y terminar comprobando y evaluando la eficiencia. A continuación nos referiremos por separado a la auditoría de eficacia, a la auditoría de economía y a la auditoría de eficiencia, así como a la utilidad o beneficios que se derivan de su aplicación o práctica.
2.1.3.5.1 Beneficios de la Auditoría Operacional de Eficacia o Efectividad
La Auditoría Operacional de Eficacia es el examen y evaluación de las operaciones o actividades de una entidad cualquiera, para determinar en que medida se han alcanzado las metas u objetivos y formular recomendaciones para mejorar. En su mayor alcance, es decir cuando se practica como base de una auditoría con un enfoque integral, la auditoría operacional de eficacia proporciona a las autoridades jerárquicas de Gobierno y al Congreso (Asamblea Nacional) una evaluación, con criterio independiente, de la manera como el titular de la entidad (Gerente, Director o Ministro), ha cumplido su gestión al administrar los programas trazados para alcanzar las metas o resultados deseados. Al interior de la respectiva entidad pública auditada, proporciona al titular de la entidad (Gerente, Director o Ministro), también con criterio independiente, una evaluación de la manera como el desarrollo de las operaciones o actividades se encamina o se encaminó hacia el logro de los resultados deseados o metas propuestas y le recomienda las medidas correctivas o de mejora.
2.1.3.5.2 Beneficios de la Auditoría Operacional de Economía o Economicidad
La auditoría operacional de economía es el examen y evaluación de las operaciones o actividades de una entidad o empresa pública, para determinar el nivel de los recursos invertidos y formular recomendaciones razonables para reducir los costos. Igualmente, en su alcance mas amplio, la auditoría operacional de economía proporciona a las autoridades jerárquicas de Gobierno y al Congreso (Asamblea Nacional), una evaluación, con criterio independiente, sobre la manera económica como el titular de la entidad ha alcanzado las metas propuestas. Para la Gerencia Pública o titular de la entidad le proporciona una evaluación sobre los costos invertidos en las operaciones o actividades y le formula recomendaciones para reducir costos.
2.1.3.5.3 Beneficios de la Auditoría Operacional de Eficiencia
La auditoría operacional de eficiencia es el examen y evaluación de las operaciones o actividades de una entidad para determinar la relación entre la productividad y un estándar de desempeño y formular recomendaciones para alcanzar un nivel óptimo de eficiencia. Esta auditoría proporciona al Gobierno y Congreso (Asamblea Nacional) una evaluación, con criterio independiente, sobre el grado de eficiencia obtenido por el titular de la entidad, en la administración de los recursos para alcanzar las metas. Igualmente, le proporciona al titular de la entidad una evaluación acerca del nivel de eficiencia de las operaciones o actividades y le formula recomendaciones para conducirlas hacia el nivel óptimo.
2.1.4 IMPORTANCIA

La Auditoría Operativa es importante porque es el instrumento de control posterior sobre la administración en general. Tiene un significado más importante para el sector público.
La importancia de la Auditoría Operativa deja el olvido la imagen del auditor que solo se concentraba en la revisión de cuentas y a determinar los responsables de desfalcos, fraudes, malversaciones de fondos y otras irregularidades, se convierte en un elemento pensante, creativo y con gran imaginación y sentido común para ejercer en mejor forma sus funciones que pudiesen evaluar la ejecución y valorizar los resultados, obtenidos. La Auditoría Operativa permite acelerar el desarrollo de las entidades hacia la eficiencia, buscando siempre un perfeccionamiento continuo de los planes de acción y procedimientos.
2.1.5 OBJETIVOS Y ALCANCE DE LA AUDITORIA OPERACIONAL
Los objetivos de la auditoría operacional se pueden señalar a corto y mediano plazo.
2.1.5.1 Objetivos a Corto Plazo
Diagnosticar y formular recomendaciones profesionales para mejorar la eficacia, la economía y la eficiencia de las operaciones involucradas en los hallazgos Este objetivo se logra al finalizar un trabajo de auditoría operacional.
2.1.5.2 Objetivos a Mediano y Largo Plazo
Lograr la prosperidad razonable de la empresa o entidad. La prosperidad razonable de una empresa pública de carácter mercantil se observará en la mejora de los beneficios económicos (rentabilidad) y en una entidad u organismo público (sin ánimo de lucro) en la mejora de la prestación del servicio a la comunidad (valor a cambio de dinero).
Existen otros objetivos de la auditoria operativa que varían entre las organizaciones; pueden establecerse por el grado de aceptación de la dirección, por el historial, por el entrenamiento y educación de los auditores o por la filosofía fundamental de la organización auditora.
En la misma organización los objetivos pueden cambiar en función de cómo los auditores entiendan y se familiaricen con las operaciones y de cómo desarrollen su competencia técnica para tratar asuntos operativos tal y como tratan los financieros.
Los distintos objetivos (algunos de los cuales pueden solaparse y otros excluirse mutuamente) son los siguientes.
2.1.5.3 Evaluación de control
Un punto de vista ampliamente aceptado sobre la auditoría operativa es que está dirigida hacia el control en vez de hacia el rendimiento, en el que evita la implicación técnica.  Se ocupa de los controles administrativos que se ejercen sobre todas las fases del negocio, y su propósito es determinar si los controles establecidos son los adecuados y si están cumpliendo efectivamente con los objetivos de la dirección y con sus planes operativos.
Los auditores examinan e informan directamente sobre los controles implicados.  Por ejemplo, considérese un informe de producción en el que la información que contiene es inadecuada.  El principal interés del auditor es encontrar el fallo de control que permite la acumulación de información inapropiada.  Al corregir el control, los auditores suponen un instrumento de mejora para los informes futuros.  No están tan interesados en los casos aislados con implicaciones financieras o sobre los costos excesivos de producción (que son el resultado de una mala decisión de la dirección, basada en la falta de información del dictamen examinado), como en los casos reiterativos que producen controles pobres y, por tanto, efectos negativos en decisiones futuras.
Los partidarios de esta filosofía de la auditoría operativa creen que el auditor no tiene responsabilidad para evaluar la bondad con que se realiza la operación de una actividad.  Al auditor le interesa estar seguro de que los controles establecidos por el departamento o por la dirección están operando conforme a las normas y controles establecidos, o a aquellas que en general se acordaron como aplicables en esas operaciones.
Al concentrarse en los aspectos de control operativo, el auditor pretende proporcionar información y seguridad a la dirección sobre lo adecuado y efectivo de los controles, no sólo durante el tiempo de la auditoría, sino también en el futuro, suponiendo que no habrá un cambio significativo en el sistema de control.
Por ejemplo, en una auditoría sobre una actividad de gestión, al auditor no le interesa si un comprador ha adquirido un artículo en particular al costo más bajo posible, considerando los requerimientos de calidad y envío.  Su interés principal será saber si la dirección, a través de la instalación de un sistema de control satisfactorio, tiene la seguridad de que el comprador tomará todas las medidas necesarias previstas para que el resultado sea una compra satisfactoria (es decir, ofertas competitivas, un sistema de supervisión de aprobaciones, análisis de costos y precios, etc.).  Si el auditor ve que tales costos se han establecido y están funcionando, considerará adecuados los controles.  Si comprueba, a través de las pruebas apropiadas sobre las transacciones, que los compradores siguen los procedimientos establecidos, considerará efectivos los controles.
2.1.5.4 Evaluación de rendimiento
Los auditores internos se han considerado tradicionalmente auditores de los controles.  Como tales, están familiarizados con los controles sobre cualquier operación de la empresa.  Los especialistas en dirección ejecutiva son responsables del control de cualquier actividad (hasta aquellas sobre las que quizá no tengan entrenamiento técnico o experiencia).  Así también, se espera de ellos que evalúen lo adecuado y efectivo de tales controles de dirección.
Los auditores internos de hoy en día, sin embargo, están dirigiéndose hacia auditorías de rendimiento, las cuales no están restringidas a la contabilidad o a funciones de oficina en las que no son expertos por razones de conocimiento especial o historial.
La base de estas evaluaciones del rendimiento es el desarrollo y aplicación de las normas de ejecución.  Los auditores de operaciones han aprendido que prácticamente cualquier actividad –no importa lo exótica que sea- puede utilizarse para medir el cumplimiento.  Las Normas para la Práctica Profesional de Auditoria Interna mantienen la responsabilidad del auditor interno para evaluar las normas operativas.  Y, cuando no existen normas, se espera de ellos que las desarrollen.

2.1.5.5 Asistencia a la dirección
El objetivo principal de la auditoria operativa –auditoria orientada a la dirección- es el de ayudar a los gerentes y directores de todos los niveles de la empresa.  Es menos importante la crítica a la dirección que la ayuda para mejorarla.
Para ayudar a los directores a realizar su trabajo, los auditores internos deben entender las funciones de dirección.  Deben estar tan versados en los principios de dirección como los propios directores. 
El auditor orientado hacia la dirección debe estar preparado para asistir a los directores en sus cuatro funciones primordiales: planificación, organización, dirección y control.

2.1.5.6 Alcance de la Auditoria Operacional
El alcance de la Auditoría Operacional es ilimitado. Todas las operaciones o actividades de una entidad pueden ser auditadas, sin considerar que sea una operación financiera o no, y en cada hallazgo la auditoría operacional cubre todos los aspectos internos o externos que lo interrelacionan.
Esta ilimitación y la diversidad de hallazgos que pueden encontrarse, implica que, una auditoría operacional específica, puede requerir profesionales de diferentes disciplinas. Generalmente es un trabajo interdisciplinario, pero normalmente su conducción o dirección debe confiarse o contadores públicos, por su estructuración profesional en auditoría.



2.1.6 HALLAZGO DE AUDITORIA OPERACIONAL
El enfoque inicial de una auditoría operacional está dirigido hacia hallar las operaciones o actividades inefectivas, antieconómicas o ineficientes. Encontrarlas constituye el "Hallazgo de Auditoría Operacional" que se puede definir como la operación o actividad que está afectada negativamente o lesionada en la eficacia, economía o eficiencia.

2.1.7 AREA CRITICA O DEBIL
Es el área que presenta deficiencias de control interno contable, financiero u operacional. En una área crítica se supone que todas las operaciones o actividades que allí se realizan, son posibles hallazgos de auditoría operacional es decir, estarán afectadas negativamente en su efectividad o eficacia, economía y eficiencia. En caso de que sean varias las áreas de una entidad que hayan sido identificadas como críticas o débiles, los esfuerzos de auditoría deben orientarse hacia las mas importantes de la organización. En general, un razonable equipo de auditoría (integrado por cinco profesionales altamente calificado) debería asumir máximo el examen de dos áreas críticas o débiles, para poder evaluarlas con la profundidad requerida en un tiempo también razonable que oscilará entre cuatro y seis meses.
2.1.8 DIFERENCIAS BASICAS ENTRE LA AUDITORIA TRADICIONAL Y LA AUDITORIA OPERACIONAL
La auditoría, tradicionalmente hasta 1960 estuvo orientada fundamentalmente al examen de los estados financieros. Con el surgimiento de la auditoría operacional como un nuevo campo de ejercicio profesional, se denominó a la auditoría tradicional como auditoría de estados financieros o auditoría financiera, la cual con respecto a la auditoría operacional presenta múltiples diferencias relacionadas con el objetivo, el alcance, la orientación, los parámetros o criterios de medición, el método, los interesados, quienes la ejecutan, el contenido del informe, el objetivo de la evaluación del control interno, y la historia de las dos especialidades, entre otras. En el Cuadro Nº1 que se presenta a continuación, se relacionan las diez diferencias mencionadas.