miércoles, 29 de abril de 2015

RELACION CON OTRAS AUDITORIAS



2.1.9 RELACIÓN CON LA AUDITORIA INTERNA
La auditoría operativa no es diferente de la interna; es una mera aplicación de las técnicas modernas de auditoría interna a todas las actividades de una empresa, y se caracteriza (en ambas áreas, financiera y operativa) por el enfoque y la orientación auditora.
La auditoría operativa lógicamente evoluciona hacia el auditor por la delegación inicial de la responsabilidad de la protección de los intereses de la empresa.  Esto se aproxima a la aplicación de técnicas de análisis y evaluación de actividades no financieras por parte de los auditores internos.  Dado que éstos empiezan a poder evaluar los controles de cualquier segmento de una entidad, se van profesionalizando en le elaboración de información no financiera, basándose en formas y métodos a los que están acostumbrados, examinando los resultados desde el punto de vista de la dirección.  Este conocimiento puede volverse a utilizar luego en las áreas financieras tradicionales, pudiendo así la dirección general estudiar directamente los controles financieros, sin necesidad de hacerlo a través de los auditores.
La auditoría operacional es, por lo tanto, una forma a través de la cual los auditores internos enfocan sus trabajos, analizan los asuntos de su competencia y consideran los resultados.  Para ello deben adoptar las técnicas y enfoques desde la perspectiva de un director.

2.2.0 CONTRASTE CON LA AUDITORIA FINANCIERA
El modelo clásico de auditoría financiera se interesa principalmente en la verificación de los estados financieros.  Trata de la veracidad de ciertas cuentas, pues está restringida a los controles contables.  Se practica mayormente en las áreas financieras de la empresa.  Se interesa esencialmente en el historial de la información financiera.
En cambio, la operativa se interesa en los controles operativos (administrativos).  Puede aplicarse a todas las partes de la empresa.  Es igual para las áreas financieras que para las que no lo son.  Interpreta tanto los usos operativos como la información financiera.  Analiza el historial de la información como medio para encontrar caminos que conduzcan a mejorar las operaciones futuras del negocio.
2.2.1 EL AUDITOR DE OPERACIONES
Las cualidades, atributos, responsabilidades y estatus del auditor interno de operaciones son algo similar a las del auditor financiero tradicional, pero más orientados hacia la perspectiva de dirección.  Esencialmente, son los siguientes:
2.2.1.1 Cualificaciones
En la auditoría de operaciones puede ser deseable un historial contable, pero no indispensable.  Muchas organizaciones de auditoría incluyen en sus nóminas a personal cuya experiencia anterior está basada en especializaciones en el campo de la industria, ingeniería y análisis de sistemas.  La habilidad del auditor para acumular, poner en orden y analizar información de naturaleza operativa es tan importante en las auditorías operativas como en las financieras.
Más importante es el conocimiento expreso del auditor sobre la evaluación del control.  A través del conocimiento y de la familiaridad con el control interno, el auditor puede sentirse como en su casa en cualquier área operativa de la empresa.  Esta familiaridad dependerá del buen conocimiento que tenga de ella, de la relación entre las distintas actividades dentro de la empresa, del flujo del trabajo y del personal que lo realiza.
Probablemente la más importante cualificación de un auditor es la habilidad para pensar como un director.  Después de reunir y analizar la información, debe sopesar los resultados como si fuese un director y sugerir las mejoras.  Sólo pensando así, podrá ayudar verdaderamente a la dirección.
2.2.1.2 Atributos
El auditor de operaciones debe tener curiosidad y persistencia.  Debe ser adaptable y debe tener un enfoque constructivo y mucho sentido del negocio.  Finalmente debe ser cooperados.  Estos atributos se comentan a continuación.
Curiosidad.- El auditor de operaciones debe estar interesado y tener curiosidad por todas las operaciones.  Cuando revisa una operación debe preguntarse: “¿Qué esta haciendo?”; “¿es necesario hacer esto?”; “¿cómo encaja con el resto del negocio?”; “¿se estará duplicando el trabajo?”; “¿existe algún medio mejor de hacerlo, más fácil o más barato?”.
Persistencia.- No se debe seguir adelante hasta que se está seguro de que se entiende la situación.  Se aplican pruebas, verificaciones, o se comprueba de cualquier otra forma que las cosas realmente se realizan como se ordenó o como deben hacerse.
Adaptabilidad.- Debido a que su trabajo lo lleva a conocer todas las áreas de la empresa, debe sentirse cómodo en los distintos entornos.  Por ejemplo, debe ser capaz de adaptarse rápida y fácilmente a las formas y lenguaje del departamento de producción, del de ingeniería y del de publicidad y mejorar su habilidad de trato con todo el personal en su terreno.
Constructivo.- No hay que considerar los errores o deficiencias como el final de su estudio.  Debe comprobar que se evitan las repeticiones en lugar de enfatizar los errores.  Considerar la deficiencia como una guía de mejora para el futuro.
Sentido del negocio.- Debe observarlo todo desde la perspectiva del efecto sobre la eficacia y el beneficio de la operación del negocio.  Cuando evalúa un área en particular, debe tener en mente la interface de la operación con otras y su relación con el conjunto del negocio.
Cooperación.- Debe considerarse a sí mismo como un asesor del negocio, no como un rival o crítico de aquellos con los que trata.  Trabaja con ellos, los consulta, y revisa sus recomendaciones.  Su interés es mejorar la operatividad del negocio en lugar de recibir felicitaciones por descubrir errores.
2.2.1.3 Responsabilidad general
El auditor de operaciones tiene la responsabilidad de ayudar tanto a la dirección operativa como a la general.  A los directores operativos debe ofrecerles recomendaciones constructivas que apunten hacia la mejora de las operaciones.  A los generales debe proporcionarles una descripción de lo que ve y darles una opinión sobre los asuntos que ha revisado.
Al realizar su función, los auditores tienen la responsabilidad de observar las normas profesionales de auditoría en sus revisiones y evaluaciones.  Estas normas conciernen a la adecuación y claridad de ejecución de su trabajo y a la adecuación del informe.
2.2.1.4 Responsabilidad por políticas y procedimientos
Los auditores tienen ciertas responsabilidades básicas hacia la dirección con respecto a las políticas, procedimientos y otras medidas de control de dirección que se establezcan.  Al revisar estas políticas y procedimientos deberá considerarse los siguientes temas:
Coherencia.- El enlace de procedimientos, empezando con las declaraciones de política general y terminando con las políticas departamentales de detalle, deben ser coherentes consigo mismas.  El auditor es responsable de comprobar que todos los procedimientos estén bien coordinados.
Adecuación.- Los procedimientos deben constituirse de tal manera que puedan proporcionar una medida del cumplimiento de los objetivos de la dirección.  El auditor es responsable de determinar que los procedimientos sean adecuados para su propósito.
Cumplimiento.- El trabajo realmente efectuado debe estar de acuerdo con los procedimientos establecidos.  El auditor es responsable de medir este cumplimiento.
Efectividad.- Deben obtenerse los resultados deseados.  El auditor es responsable de diseñar las pruebas que indicarán si los procedimientos son verdaderamente efectivos.
2.2.1.5 Estatus en la organización
Es esencial que el auditor de operaciones tenga la posibilidad de tratar de igual a igual al director de operaciones (no como un subordinado que trata de persuadirlo de que es capaz de ayudarle).  Como regla general, la función de auditoría se asigna organizativamente a la división financiera bajo la directa supervisión de un alto ejecutivo (como el vicepresidente, el contralor o el tesorero).  Esta posición en la empresa es satisfactoria, teniendo en cuenta que el ejecutivo al que la auditoría informa tiene entrada en todos los departamentos operativos y no es el supervisor inmediato de las operaciones contables.
Un estatus inadecuado crea grandes problemas para lograr una acción correctiva de  las deficiencias descritas en el informe de auditoría.  Si se ignoran los hallazgos del auditor, éste no puede funcionar eficazmente.
2.2.2 LA METODOLOGIA DE AUDITORIA OPERACIONAL Y EL PROCESO DE AUDITORIA
El método general para realizar una auditoría operacional es similar al utilizado en auditoría financiera. Esta dado por unas normas, unas técnicas, y unos procedimientos que se desarrollan mediante programas de trabajo. A continuación nos referimos a la metodología, que en sentido general, se aplica en auditoría operacional.
2.2.2.1 TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE AUDITORIA OPERACIONAL
2.2.2.1.1 Técnicas de Auditoría Operacional
Son los recursos que el Auditor emplea en el examen y evaluación de las operaciones o actividades de una entidad, organismo o empresa, para llegar a conclusiones y recomendaciones, tales como: Analizar, comparar, comprobar, computar, conciliar, confirmar, indagar, inspeccionar, observar, muestrear, rastrear, fotografiar, grabar, filmar, método Gantt, Pert, C.P.M
En general son las mismas usadas en auditoría financiera: de observación, interrogación, análisis, verificación, investigación y evaluación; pero específicamente incluye algunas de uso exclusivo en auditoría operacional como las últimas seis citadas, entre las cuales se encuentran la técnica PERT y el CPM, utilizadas fundamentalmente junto con el conocido método GANTT, en control interno operacional, técnicas cuyo manejo se facilita en la actualidad con el uso de paquetes computacionales. Una breve explicación de estas dos técnicas se presenta a continuación:
PERT (Proyect Evaluation and Review Technique). Se utiliza en operaciones, actividades o proyectos complejos en que hay incertidumbre en cuanto a tiempos de terminación (actividades u operaciones en empresas o entidades dedicadas a la investigación). CPM (Crithical Path Method). Es aplicable a las operaciones en las cuales sea posible estimar los tiempos y costos y lo que interesa es saber cual es la combinación costo duración de cada actividad, para lograr el costo total mínimo de las operaciones (Construcción de Obras en General).
2.2.2.1.2 Procedimientos de Auditoría Operacional
Son el conjunto de técnicas aplicables a una Operación o Actividad determinada, para determinar si de hecho existe un problema o una situación que afecta la eficacia, economía o eficiencia (Hallazgo de Auditoría Operacional- HAO) y de ser así, el camino a seguir para establecer su causa y efecto, que conduzcan a identificar la solución pertinente.
2.2.2.1.3Plan Para La Auditoria Operativa
Enfoque
Existen dos enfoques básicos de auditoría operativa: 1) organización, y 2) funcional.
Con el enfoque de organización, los auditores se ocupan de la administración de un departamento u otra unidad de mando.  Examinan, además de las funciones o actividades dentro de una organización, la administración de la misma.  Consideran su sistema, su personal, sus métodos de información, sus métodos de evaluación del personal, sus presupuestos y el lugar que ocupa en el plan general de la empresa, y estudiar su forma desde numerosos ángulos.
Los auditores tenderán a gravitar hacia los problemas de administración de éste.  Aun cuando no deben olvidar la forma en que el producto de la organización se utiliza en otras unidades de la empresa, su interés principal se encamina hacia la administración de una unidad única de ésta. 
En contraste, en el enfoque funcional los auditores se ocupan del seguimiento de una o varias actividades desde su principio hasta su conclusión.  Referencian todas las funciones a través de las unidades implicadas en ellas, y están menos pendientes de las actividades de administración general dentro de las unidades que de su efecto en las funciones que revisan.  Donde la función sea suficientemente significativa, podrá ser de gran ayuda para la dirección general una visión amplia, ya que ésta pocas veces puede hacer un seguimiento de ella a través de la masa organizativa, mientras que el auditor normalmente sí puede.
Este enfoque tiene mucho más que ofrecer.  Una auditoría de organización puede ser de gran ayuda para la dirección del departamento, si el auditor tiene firmemente dominados los controles de dirección y administración.  En los departamentos eficaces, obviamente puede ser escaso el grado de asistencia necesario.
Las auditorías funcionales son con frecuencia muy difíciles.  Mientras que la de organización ofrece un microcosmos a examinar, la financiera suele realizar un experimento largo e indirecto.  En una gran empresa, el impacto de las funciones sobre muchas unidades y el de éstas sobre la función puede frustrar tremendamente a quien trate de entender los muchos aspectos del flujo del trabajo.  Y esto impide la evaluación de la operación de la función.  Por este motivo, el auditor competente que logra familiarizarse con una función en toda su complejidad y evaluar su efectividad realiza un servicio señalado a la dirección, debido a que seguramente casi nadie de la empresa puede alguna vez contemplar el problema con el mismo detalle y amplitud.
Método
La auditoria de cualquier operación, ya sea de organización o funcional, implica cuatro características distintas:
1.      Familiarización.
2.      Verificación.
3.      Evaluación y recomendación.
4.      Informar de los resultados a la dirección.
Familiarización. Para empezar, los auditores deben conocer cuáles son los objetivos de la actividad, cómo van a lograrse y cómo se determinarán los resultados.
Esto se logra por muchos caminos.  Los auditores comentarán la actividad con el personal que la conoce.  Se ocuparán de saber cómo determina la dirección si se está funcionando correctamente; cómo se informa de los resultados; cómo evalúa a sus empleados y qué efecto tiene esta actividad en las restantes.  Efectuarán pruebas de auditoría en el departamento o seguirán la función hasta que tengan una idea suficientemente clara de qué se ha realizado, cómo y por qué se ha hecho, para cumplir con los objetivos de la empresa.  Los auditores no pueden completar su encargo de evaluar los controles a menos que conozcan lo que está siendo controlado.
Cuando se tiene una comprensión adecuada de los objetivos específicos, el auditor tratará de familiarizarse con los controles que la dirección ha establecido, con el fin de comprobar que dichos objetivos se ha alcanzado.
Inicialmente, los auditores examinan la estructura organizativa, la ubicación de las unidades de la empresa, su relación con las demás y la asignación de funciones y responsabilidades.  Posteriormente, plasman las actividades significativas en diagramas de flujo o hacen un seguimiento de los documentos seleccionados a través de los puntos clave de control.  Después revisan las políticas y procedimientos que regulan la unidad o función examinada.  Los procedimientos escritos, bien entendidos por los empleados y razonablemente calculados para realizar los planes de la empresa y alcanzar sus objetivos, indican una actividad bien controlada.  Donde los procedimientos no están escritos, los auditores deben determinar, basándose en entrevistas con la dirección, qué es lo que se espera de su personal y cómo se realizan las actividades asignadas.
Posteriormente, revisan los registros generados o afectados por la actividad de la que se ocupan, ya que deben conocer la función específica de los mismos, por qué son necesarios y si están duplicados.
Finalmente preguntará qué hace la dirección para evaluar el trabajo efectuado (qué clase de informes recibe de su personal y cuáles somete a los niveles más altos de la gerencia).
El proceso de familiarización se realiza durante la totalidad de la auditoría.  Es necesario al iniciarla una familiarización suficiente para preparar el programa. 
Verificación.-  Mediante la realización de pruebas sobre las transacciones, igual que en las auditorías financieras, los auditores pueden determinar el grado real de acuerdo entre los controles, las actividades y las descripciones escritas u orales que la dirección les ha transmitido.
La verificación requiere que los auditores examinen en detalle una muestra selecta de transacciones, seleccionada preferiblemente mediante muestreo estadístico.  El tamaño de ésta dependerá de su propio criterio basado en el grado de confianza que sea necesario para que represente razonablemente la población desde la cual se seleccionó.
Al realizar la verificación, los auditores usualmente están interesados en tres temas:  calidad, período correcto y costo.  Cuando han establecido el grado en el que las transacciones son correctas y se manejan rápida y económicamente, determinan si se puso en práctica o no lo siguiente:
1.      La estructura organizativa y la asignación de funciones cumplen los planes de control de la dirección del departamento.
2.      Se llevan a la práctica los procedimientos establecidos por la dirección.
3.      Se realizan las verificaciones internas establecidas.
4.      Los procedimientos prescritos y otros controles son efectivos para la coordinación del trabajo con el realizado en los otros departamentos.
5.      Los registros operativos y los informes son completos, oportunos, fiables y significativos.
6.      Las normas de ejecución proporcional bases efectivas para la evaluación de los resultados operativos.
La evidencia obtenida debe registrarse en los papeles de auditoría.  La marca de calidad del auditor profesional es el desarrollo de unos papeles de trabajo bien estructurados, que no requieran explicaciones orales, que sean comprensibles y creíbles.
Evaluaciones y recomendaciones.- Para los auditores con experiencia, la evaluación comienza al inicio de su revisión y continúa durante la fase de familiarización.  Frecuentemente, una primera impresión de la actividad indica al auditor si ésta está bien controlada o si, por el contrario, algo va mal.  A través de la verificación esto puede confirmarse, o las pruebas pueden revelar condiciones no detectadas durante el estudio inicial.  La evaluación final, o la confirmación de la impresión inicial, no se tiene hasta los resultados de tales pruebas.
Las recomendaciones deben hacerse solamente cuando el auditor está totalmente seguro de que se comprende la actividad, que la evaluación contiene la verdadera medida de la misma y que las recomendaciones toma en cuenta todos los factores que afectan a la operación.
Como resultado de su examen y evaluación, el auditor debe estar en una posición en la que pueda responder a las siguientes preguntas:
1.      ¿Operan efectivamente los controles establecidos? Si no, ¿qué medidas constructivas pueden recomendarse?
2.      Si existen desviaciones numerosas de las políticas y procedimientos establecidos, ¿está la razón con las políticas y procedimientos o con los otros factores?
3.      ¿Están los controles y prácticas  del departamento de acuerdo con la política de la empresa?  Si no, ¿qué se recomienda?
4.      ¿Ayudan los controles establecidos a que la dirección alcance los objetivos operativos?
5.      ¿Utiliza la dirección operativa sus controles para obtener las máximas ventajas?
6.      ¿Sigue la estructura de las cuentas, registros e informes, el modelo de responsabilidad operativa y está de acuerdo con la forma en que la dirección analiza sus operaciones?
7.      ¿Existe la adecuada coordinación y cooperación con los otros departamentos?  ¿Existen lagunas o duplicaciones de controles?
Al hacer sus recomendaciones a la dirección los auditores deben ver los problemas desde la perspectiva de ésta.  Deben sopesar los beneficios de las salvaguardas logradas al incrementar el control, y compararlos con los costos en que incurrirá.  Deben sopesar la extensión del riesgo contra el volumen de pérdida potencial.
Naturalmente, existirán ocasiones en que los auditores se encontrarán en una situación fuera del alcance de su experiencia o entrenamiento (cuando no estén en posición para hacer sugerencias prácticas que corrijan la aparente deficiencia).  Entonces deben presentar sus hallazgos a la dirección, especificando que todos los hechos se han presentado adecuadamente y dejando que sea ella quien determine la acción correctora que debe tomarse.
Informe.- El informe no debe reservarse para la conclusión del examen.  Los auditores proporcionan un mejor servicio a la gerencia y mantienen mejores relaciones con la dirección departamental cuando comentan los hechos que han encontrado.
Los asuntos menos importantes usualmente pueden aclararse a medida que la auditoría va progresando, y no es necesario incluirlos en el informe formal.  Será suficiente hacer una referencia a los mismos en los papeles de trabajo, mencionando cómo se corrigieron.  Generalmente los asuntos de mayor importancia deben comentarse con los niveles más bajos de la dirección con capacidad para ejecutar acciones correctoras.  Cualquier informe formal que le muestre a la gerencia que todas las deficiencias se corrigieron antes de que se emitiese, encontrará una aceptación amistosa tanto por parte de la dirección general como de la operativa.
A pesar de que los auditores no están obligados a ofrecer soluciones para los problemas que encuentren (la responsabilidad de corregir los defectos corresponde a la dirección operativa), los hallazgos de la auditoría recibirán una atención mayor si se acompañan de sugerencias razonables y económicas.

2.2.2.1.4 Programa De Auditoria Operativa
El programa de auditoría operativa se preparará mejor después de un estudio preliminar.  El auditor experimentado generalmente rehúsa programas estándar debido a que las operaciones y la mayoría de los sistemas contables cambian a menudo de una auditoría a otra.
La auditoría operativa generalmente incluye la evaluación de lo adecuado y efectivo de los controles designados para realizar los objetivos de dirección en la organización o función que se está revisando.  Para permitir tal evaluación, el programa debe tener dos conceptos claves:  los objetivos y los controles.
El auditor normalmente prepara el programa después de que el estudio preliminar le ha proporcionado una razonable familiaridad con los objetivos de una actividad y con los controles necesarios para llevarlos a cabo.
El motivo del programa es establecer guías por las que los auditores puedan realizar los propósitos del encargo de auditoría y obtener la evidencia necesaria que proporcione las bases para emitir una opinión.
En algunas actividades los auditores están lo suficientemente familiarizados con la operación como para poder emitir una opinión sobre la efectividad de su realización.  Para otras, que sobrepasen su competencia técnica, solamente podrán emitir una opinión sobre lo adecuado y efectivo de los controles administrativos.  Por ejemplo, en el caso de una actividad administrativa como archivar formatos, el auditor estará cualificado para emitir una opinión sobre la efectividad de la actividad en sí misma.  Sin embargo, en la preparación de los dibujos de ingeniería para los que se prepararon los formatos, el auditor quizá quiera restringir su opinión sobre lo adecuado y efectivo de los controles sobre tal actividad.
En cualquier circunstancia, el programa de auditoría sirve mejor para sus propósitos si establece los objetivos principales de operación determinando los controles que están, o que deben estar, instalados, y enumera las pruebas sobre las transacciones que deben hacerse.
A continuación se describe un programa para una función de compras que muestra de forma general cómo están unidos conjuntamente los objetivos de operación, los controles clave relacionados con ellos y las pruebas sobre las transacciones.

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